¡Vive creativamente con este libro de Elizabeth Gilbert!

¿Quieres vivir una vida creativa?

Y no. No me refiero a dedicarte a hacer cuadros magníficos, o escribir poesía. La creatividad está en cada uno de nosotros, siempre que sepamos escucharla, y podemos vivir creativamente sin importar a qué nos dediquemos. Esto es lo que anuncia Elizabeth Gilbert en su libro Libera tu Magia (Big Magic en inglés), y del cual hablaré un poco el día de hoy, esperando que te inspire de alguna manera a dejar salir esa creatividad que vive en ti.

Elizabeth parte del concepto de que las ideas son entes etéreos que andan en busca de un cuerpo físico para ser materializadas. Si te llega cualquier idea, es una forma de decirte que has sido el/la elegid@ para hacer dicha idea una realidad. Tenemos dos opciones: aceptarlo y trabajar dicha idea lo antes posible o, por el otro lado, decir que no y dejar que dicha idea se vaya y se materialice a través de otra persona. (¿Cuántas veces no hemos tenido alguna idea que no llevamos a cabo y luego vemos que alguien más la hizo realidad?) Es frustrante, lo sé. Pero no debemos verlo de esta manera. Después de todo, no la hicimos realidad. No la llevamos a cabo. No cumplimos nuestra parte del contrato. Así que se fue donde alguien que sí la hizo realidad. Esto es la Gran Magia.

Todos somos portadores de tesoros enterrados.

Esta frase del libro me encanta porque nos hace entender que la magia está dentro de nosotros. ¿Quién sabe cuántos cosas maravillosas tenemos dentro y no estamos dejando salir? La clave para hacerlo es: vivir creativamente. Vivir una vida que esté guiada por la curiosidad antes que el miedo.

El miedo. Eso que ha impedido tantos sueños. Eso que nos hace tomar decisiones totalmente predecibles y aburridas: nada. No hacer nada. Algo que hay que dejar ir.

Decórate.

En la sección de “Decórate” del libro, Gilbert nos cuenta una pequeña historia que me dejó pensando: Una vecina que tiene llamada Eileen no para de hacerse tatuajes. Es una señora mayor de espíritu libre. Un día, Gilbert curiosa le preguntó cómo podía marcarse el cuerpo de manera tan arbitraria con tinta permanente. Eileen le respondió que no son permanentes, a lo que Elizabeth sorprendida le preguntó si son temporales sus tatuajes. Eileen sonrió y dijo:

—No, Liz. Mis tatuajes son permanentes, lo temporal es mi cuerpo. Igual que el tuyo. Nuestro paso por la tierra es breve, así que hace mucho decidí que quería decorarme a mí misma de la manera más divertida posible, ahora que todavía tengo tiempo.

Al igual que Eileen, debemos vivir esta vida tan temporal, tan corta, de la manera más decorada posible. Esto no tiene que ser con tatuajes en el cuerpo. Puede ser decorar nuestro ambiente, nuestro hogar. Que no nos de miedo las decisiones arriesgadas, los cambios, ni siquiera el fracaso. La vida es muy corta para vivir con miedos. Todo es pasajero.

Otro tema sobre la mesa, es esa necesidad de reconocimiento que tenemos. Esto en cierto modo hit too close to home para mí, y estoy segura que para todos los que soñamos con hacer algo que no tiene nada que ver con lo que estudiamos de manera profesional. Pero no, no debemos permitir que no tener formación profesional en algún oficio o carrera nos desaliente o nos haga sentir menos que los demás. Como Gilbert nos dice:

“Así pues, dedícate a lo que te haga sentir vivo. Déjate llevar por lo que te fascina, por tus obsesiones y compulsiones. Fíate de ellas. Crea algo que siembre la revolución en tu corazón. El resto vendrá solo. Por una parte, entiendo bien esta necesidad de reconocimiento oficial; intentar crear es una empresa con escasas garantías. Pero si trabajas solo todos los días en tu arte, con disciplina y amor continuos, entonces ya eres un creador de verdad y no necesitas que nadie lo afirme por ti.”

Y es que nadie está pendiente a lo que hagamos o dejemos de hacer. La mayoría de personas solo piensan en sí mismos todo el tiempo. Algo muy lindo sobre este tema, es la enseñanza que le dio una señora de 70 años a Gilbert, y ahora a todos nosotros:

«De los veinte a los cuarenta años nos esforzamos por ser perfectos porque nos preocupa mucho lo que pensará la gente de nosotros. Luego cumplimos los cuarenta y los cincuenta y empezamos a ser libres porque decidimos que nos importa un bledo lo que los demás piensen de nosotros. Pero no se es completamente libre hasta que se llega a los sesenta y los setenta, cuando por fin comprendes esta verdad liberadora: que nadie estaba pensando en ti».

¿Da mucho qué pensar, cierto?

Llevar una vida creativa requiere curiosidad. Por todo o al menos por pequeñas gotas que poco a poco puedan crear un manantial. Siempre debemos preguntarnos “¿Hay algo que nos interese?” la curiosidad te pedirá que gires la cabeza un centímetro y examines esa cosas de cerca. Hazlo. Es una pista.

Como comentario final de este artículo, me gustaría decir que vivir creativamente es maravilloso, y es algo que debemos cultivar para ver resultados. Los dejo con una frase final de la mágica escritora Elizabeth Gilbert:

El arte es una tarea abrumadora y un privilegio maravilloso.